"Una memoria amenazada es aquella en la que los verdaderos testigos están muertos y los testigos relativos que somos nosotros están a punto de desaparecer." (Jorge Semprún).
(Jorge Semprún)
Una de las características principales de la memoria es ser única. Única en el sentido de personal e intransferible. Ésta cita de Jorge Semprún hace referencia a la capacidad psíquica de recordar y retener el pasado; que desgraciadamente no siempre se mantendrá intacto, sino que con los años se sentirá amenazada.
El recuerdo de un hecho vivido es un regalo cada vez más preciado con la edad, puesto que el paso del tiempo no solo hace que aumenten el número de hechos vividos, sino que produce una disminución de la capacidad de recordar, es decir, de la memoria.
La memoria se hace silenciosamente imprescindible, ya que al paso de los años vamos recurriendo a los recuerdos y a la memoria para poder vivir, la forma de lavarse los dientes no se aprende todos los días, sino que se recuerda de un hecho aprendido en la más tierna infancia. El problema aparece con la edad, ya que la memoria se vuelve ruidosamente imprescindible y no siempre podemos echar mano de ella para seguir el curso de nuestra vida.
Como dice Jorge Semprún, en la memoria amenazada hay dos protagonistas principales, los verdaderos testigos y los testigos relativos. Para que sea una memoria atenazada, estos primeros deben de estar muertos y los últimos a punto de desaparecer. La memoria atenazada tiene únicamente un remedio, ser recogida por aquellos que acaban de aparecer, para mantenerla viva y ser capaz de incluirla a la suya propia y crear así una historia, compuesta por la memoria de todos aquellos que vivieron en un determinado tiempo.
Como conclusión a este aforismo me gustaría relacionarlo con Nuestro Proyecto, ya que se relacionarán conjuntamente dos memorias, dos historias distintas y complementarias sobre las escuelas en las que dos personas de dos épocas distintas trazaron su vida.
La memoria se hace silenciosamente imprescindible, ya que al paso de los años vamos recurriendo a los recuerdos y a la memoria para poder vivir, la forma de lavarse los dientes no se aprende todos los días, sino que se recuerda de un hecho aprendido en la más tierna infancia. El problema aparece con la edad, ya que la memoria se vuelve ruidosamente imprescindible y no siempre podemos echar mano de ella para seguir el curso de nuestra vida.
Como dice Jorge Semprún, en la memoria amenazada hay dos protagonistas principales, los verdaderos testigos y los testigos relativos. Para que sea una memoria atenazada, estos primeros deben de estar muertos y los últimos a punto de desaparecer. La memoria atenazada tiene únicamente un remedio, ser recogida por aquellos que acaban de aparecer, para mantenerla viva y ser capaz de incluirla a la suya propia y crear así una historia, compuesta por la memoria de todos aquellos que vivieron en un determinado tiempo.
Como conclusión a este aforismo me gustaría relacionarlo con Nuestro Proyecto, ya que se relacionarán conjuntamente dos memorias, dos historias distintas y complementarias sobre las escuelas en las que dos personas de dos épocas distintas trazaron su vida.
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